Poema Mi silencio
Mi silencio
tu silencio
mi ausencia
hay barreras perceptibles
que no me dejan llegar a ti
mi silencio quiere dar ese grito al cielo
y acortar las distancias terrenales
mi silencio tu abismo y mi irrupción en el desvelo de las noches interrogantes que conllevan a poblar la naturaleza del recelo intercambian aparentemente miradas oscuras que nuevamente se apagan y siembran en mí la incertidumbre y en ti la sospecha de lo nunca dicho
Carta : La Argentina FMI al FBI Estimados miembros de los medios de comunicación,
Hoy me permito escribirles no con las palabras que nacen de la tinta fácil ni con las que surgen de la retórica vacía, sino con las que emergen de la reflexión profunda, esa que atraviesa el pulso de un pueblo que ha caminado por caminos duros y ha caído en los abismos de la deuda, para luego levantarse con la esperanza de un nuevo horizonte.
De la Argentina del FMI, esa que ha temblado ante las imposiciones externas, esa que ha vivido encadenada a las condiciones que el capital global dicta, surge una nación que aún busca su verdadera voz. Hemos sido gobernados por las reglas invisibles de un sistema que no nos conoce, que nos ve solo como números y cálculos, y que a veces ha olvidado que somos un pueblo con historia, con cultura, con luchas y con sueños.
Hoy, sin embargo, escribo desde otro lugar: desde la Argentina del FBI, un lugar donde las sombras de las políticas extranjeras parecen más cercanas que nunca. No hablo del FBI como institución, sino de esa sensación de vigilancia constante, de ser observado por fuerzas ajenas que buscan controlar más que ayudar, que dictan el curso de nuestras vidas sin comprender realmente la esencia de nuestra tierra.
En la Argentina del FMI, luchamos por cada peso, por cada acuerdo, por cada préstamo que nos subyuga. Pero en la Argentina del FBI, luchamos también por nuestra identidad, por nuestra autonomía, por nuestra libertad de decidir nuestro destino sin estar atados a intereses que nos son ajenos.
Hoy más que nunca, necesitamos mirar al futuro con una visión propia, libre de las cadenas que nos atan al capital global y a las sombras de las políticas internacionales. Necesitamos una Argentina que se levante con la fuerza de su pueblo, que recupere su soberanía, que sepa que su riqueza no está en los números de un balance, sino en su gente, en su tierra, en su historia.
Por ello, les pido a ustedes, los medios de comunicación, que sean los faros que iluminen este camino. No un camino de sumisión ni de desesperación, sino uno que nos conduzca hacia un futuro donde, por fin, podamos decir que la Argentina de mañana no será la del FMI ni la del FBI, sino una Argentina soberana, justa, libre y orgullosa de sí misma.
Atentamente,
Un poeta desde el corazón de la patria
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