FOTOGRAFIA
PERMANENTE
Frente al camino,
en el horizonte se vislumbra la
casa
como un deseo,
y como un suspiro de nuevo mundo
aparece esa fotografía permanente
donde la piel y el miedo parten
hacia una marina encuadrada
en un mar de plata y sal.
Y entonces la llama del poema llega
como un aliento
al volver por la llanura
castellana,
como una tradición
donde los pupitres aparecen
como estatuas.
cuando un rostro se adivina en la
otra orilla,
y se oye ese tango
que perpetúa la soledad.
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